Nacido en Puerto Rico, Cristian J. Roldán reside en Chicago desde el 2014. Cursó su maestría en educación del arte en The School of the Arts Institute of Chicago (SAIC). Su trabajo está influenciado por el uso de los espacios públicos para la preservación de la memoria colectiva, el dialogo y la representación cultural de la diáspora puertorriqueña y latinoamericana en los Estados Unidos.una verdadera alternativa de descolonización para el país.
Xochipilli Magazine presenta el trabajo del artista Cristian Roldán, en donde nos propone la aspiración de lograr fundar una conciencia social y política a partir de la pintura.
A continuación compartimos una breve entrevista, en donde nos comparte su visión y una muestra de su mas reciente obra.
¿Cómo nace tu proyecto artístico y por qué elegiste la expresión mural?
Me involucré en el muralismo por pura casualidad. Cuando me establecí en Chicago, comencé a trabajar con el Centro Cultural Puertorriqueño, en Humboldt Park, les pedí que me proveyeran una pared para pintar un pequeño mural. Así comenzó todo. Un mural me llevó al próximo y del próximo al otro. Cuando llegue a Chicago me dí cuenta que muchos de los problemas sociales que veía en la isla, se repetían en la diáspora Puertorriqueña en Chicago. Fue entonces cuando decidí crear conceptos con temas sociales. Más que para llevar una narrativa, el mural se convirtió en el medio más accesible con el cual preservar la memoria colectiva en la diáspora Puertorriqueña.
¿Cómo es que surge tu proceso creativo, es decir, el paso de una idea a plasmarla en la obra?
El génesis de todo proceso creativo es la incomodidad. Si hubiese sido una persona conforme con la sociedad jamás hubiese creado algo artístico. La inspiración surge al querer imaginar una realidad alterna, del deseo de querer ordenar y reconstruir tanto el interior como el exterior, o al querer denunciar los entornos como productos de una construcción social. Las ideas comienzan a nacer desde esa incomodidad, es ahí cuando nace la narrativa, la crítica y el proceso explorativo.
Una vez llega la idea, la creación se convierte en un problema en evolución constante con cada trazo o con cada pincelada, con cada capa de pintura sobre capa. Las imágenes van mutando como las ideas. Primero es una superficie en blanco, luego es emburujo o garabato, cuando vienes a ver todo va tomando forma de a poco a poco es entonces cuando lo dejo todo y lo retomo al otro día.
¿Crees que la creatividad en cualquiera de sus manifestaciones artísticas provoque un cambio social?
Absolutamente. Habrá quien argumente que la acción creativa no ejerce una fuerza directa sobre las estructuras sociales. Sin embargo, las manifestaciones creativas estimulan la imaginación, un paso esencial para el pensamiento crítico, y de ahí partir hacia la acción. A través del cultivo de la imaginación se llega a la empatía con el prójimo, a la búsqueda de alternativas a los problemas sociales y a la exposición de narrativas que de otra manera pasarían por desapercibidas. El arte sirve para concientizar a las masas y crear diálogos sobre asuntos sociales que de otra manera pasarían desapercibidos. Ejemplos del uso del arte como una fuerza social son el movimiento de muralismo mexicano en los años 30.
¿Como consideras el panorama del arte latino en Chicago? González
Hace seis años, cuando llegue a Chicago, observe que el arte público latino ha sido muy influenciado por las condiciones que se vive como inmigrante. No obstante, pienso que hoy en día se está profundizando más en las raíces sociales y causas globales que han llevado tanto a la migración como a la marginalización de los inmigrantes. El racismo ya no es un asunto que se pueda ignorar, la migración ha sido tema central de campañas políticas y la desigualdad social se discute hoy más que nunca. Dichos problemas sociales surgen a raíz de una colonización tanto interna como externa, en el caso de Puerto Rico. En el arte se vuelve cada vez más resonante el asunto del colonialismo como causa principal de un desorden social que históricamente ha beneficiado al eurocentrismo nutriéndose de la marginalización de los grupos marginados. Producto de ello, ha surgido un discurso que aboga por la descolonización de las instituciones de arte. Hoy en día se reclama de una manera más abierta y directa a través de, y para el arte, la descolonización institucional y la creación de espacios inclusivos donde las realidades de los latinos y de los inmigrantes sean visibles tanto en el mundo artístico como en la esfera social.
La siguiente pieza narra las múltiples olas migratorias de Puerto Rico hacia Estados Unidos después que la isla fuera transferida a Estados Unidos en 1898. Inmediatamente Puerto Rico fue etiquetada como una colonia, que pertenece pero no es parte de los Estados Unidos. El cambio impidió el desarrollo económico y financiero del territorio colonizado, al convertirle en un territorio que produce lo que no consume y consume lo que no produce, creando así un proceso de contante desconcentración espacial de los puertorriqueños. El desplazamiento constante ha creado un espectro de mutaciones de una identidad que lucha por encontrar y definir un lugar en los nuevos espacios, sin perder la esencia y el deseo de autodeterminación.
Las imágenes, en este mural, representan las olas migratorias de Puerto Rico a los Estados Unidos, por mas de un centenario, buscando crear conciencia sobre el impacto negativo de a pérdida de población en la isla. Cada imagen en el mural representa un contexto histórico que ha fomentado a la identidad puertorriqueña a convertirse en una nación nómada o como Jorge Duany diría “Una nación en vaivén”.
Publicado el noviembre 16, 2020 por Xochipilli Magazine