Columna de Alcaldesa de Loiza, Hon. Julia M. Nazario
Nuestra reciente visita a Chicago para participar en la famosa iniciativa ‘De Bandera a Bandera’, dedicada a nuestro pueblo de Loíza, ha sido una muestra adicional del valor que tiene la diáspora boricua para los puertorriqueños que vivimos en la Isla. Desde que llegamos a Chicago, nos sentimos en casa por el cariño, la generosidad y la empatía que recibimos. Es fácil entenderlo, pues de los primeros que llegaron a ofrecer ayuda, alimentos y aliento fueron ustedes, los boricuas de Chicago.
A muchos les he contado, como ejemplo de lo que hemos vivido, cómo el Congresista Luis Gutiérrez (siempre será mi congresista, aunque no ocupe la silla) se interesó por el caso de un loiceño que lo perdió todo y únicamente pedía un colchón para dormir. Esa misma noche Gutiérrez descansó contento porque gestionó y entregó personalmente un colchón nuevo para el hermano necesitado. Gestos como éste, que atesoraremos en nuestros corazones para siempre, nos hacen apreciar aún más a nuestros boricuas en la diáspora. Igual pasó con Oscar López, quien calladamente visita la comunidad de Villa Cañona para ayudar a crear un espacio de esparcimiento para los vecinos de esa comunidad.
El ser boricua se manifiesta en tantos detalles lindos, como la deliciosa avena con coco que se sirve en el Restaurante de Nelly y cuya receta es la original de la santa madre de José López, una deliciosa manera de comenzar el día. Llegar a cada una de las actividades organizadas para nosotros en ese fin de semana fue una fiesta en sí misma, desde llegar a la Escuela Roberto Clemente y ver en el letrero digital ‘Bienvenidos Loiceños’, hasta visitar al Alcalde Emmanuel y conocer la gran labor de organizaciones que son ejemplo de trabajo y resultados, como ASPIRA, ‘Women to Women’ y tantas otras.
La dimensión de la labor de la diáspora cubre ya todas las manifestaciones de arte, la cultura, la ciencia, el empresarismo, la educación y tantos otros. Afianzar esos lazos, para desarrollar nuestras posibilidades y superarnos como nación, es la asignatura pendiente. Uno de nuestros acompañantes comentó que “aquí en Chicago quieren y exhiben más la bandera boricua que en San Juan”. Y la verdad es que ya viven más puertorriqueños en Estados Unidos que en Puerto Rico. Los puertorriqueños ya representan el 9% de la población latina en los Estados Unidos y el 1.5% de la población total de la nación norteamericana, según datos recientes. A pesar de que el Censo del 2010 de los Estados Unidos pone el número de los puertorriqueños que viven en los en los Estados Unidos en unos 4.6 millones, estimados para el 2012 muestran que su población ha crecido a más de 5 millones. De cualquier manera, somos una sola nación, no importa donde tengamos nuestra residencia, porque Puerto Rico siempre está en nuestra habla, en nuestro idioma, en nuestro corazón.