Memorable día en Casa Pueblo Café Madre Isla

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Transcurieron unos 25 años, un cuarto de siglo, para que el proyecto de autosuficiencia económica de Casa Pueblo, Café Madre Isla, pudiese tener una tostadora.  Comenzamos a las 10:41 AM el lunes 7 de julio de 2014.  La dulce aroma llegó a la plaza y alrededores.  El especial momento me hizo viajar a la casa de Cindo en el barrio Tanamá cuando realizamos la primera tostando.

Como toda historia tiene actores, fue Ariel Massol Deyá el protagonista principal acompañado de su mamá y papá que dio pie a esta autogestión.  Quemados por el calor de una tostadora antigua y llenos de hoyín en nariz, oídos y cara feliz así comenzó este orgulloso proyecto que le ha dado vida económica a la Casa que Tinti desde el principio lleva fiel contabilidad y recelo.

 

Empezamos utilizando un pequeño frasco de cristal con tapa de 3 onzas.  Nos inventamos un embudo donde se depositaba la harina molida llenando con un cucharon frasco por frasco en un día largo de trabajo.  A veces entre seis y nueve de la noche.  La jornada concluía con tanta alegría que nada empañaba la exitosa encomienda.

La presentación inicial del proyecto se realizó en la obra de teatro, Golpes de Rejas por la excarcelación de Alejandrina Torres en Adjuntas.  El primer catador y colaborador fue nuestro inmortal Oscar Collazo.  La Patria bendijo el proyecto del Café Madre Isla.

 

Después tostabamos en Utuado y moliamos en la Casa en un equipo antiquísmo que hacia un ruido infernal obligandonos a utilizar audifonos que siempre colaba el ruido de la máquina.  Como toda gestión comunitaria, paso a paso, ladrillo a ladrillo, al paso del tiempo adquirimos un molino moderno y diseñamos un sistema de llenado directo al frasco que facilitaba producir 5 quintales en 5 horas.  Olga, Papo, Aida y Confe y otros voluntarios han realizado la gestión honorable en esos años.

Hoy doy gloria a Ariel por ser ejemplo de líder comunitario: nos enseñastes a ser perseverantes, innovadores, comprometidos, estar enfocados y en donde la adversidad se convertió en reto y victoria.  Doy gracias a los seguidores del proyecto y a los nuevos actores que comienzan a escribir la nueva historia del Café Madre Isla.

En felicidad y tristeza,
Alexis Massol González