Summary : The Three Wise Men in Chicago, Images by Youth
Ramon’s essay discusses the arrival of the Three Wise Men in Chicago, symbolically recognized by the Puerto Rican community despite the challenges of urban life. The Wise Men are celebrated through an art contest at the Dr. Pedro Albizu Campos Museum of Puerto Rican History and Culture, where youth from migrant communities rediscover this cultural tradition. These young participants, whose connection to the Wise Men has faded amidst modern influences like hip-hop, gangs, and urban struggles, were encouraged to revisit the imagery of their childhood. Their artistic creations reflect a blend of tradition, contemporary urban life, and personal expression, showcasing a variety of interpretations of the Wise Men.
The youth’s artwork demonstrates a vibrant mix of individuality and cultural identity. Their creations range from solemn depictions of the Wise Men to irreverent and entertaining portrayals influenced by urban culture and modern media. The works incorporate Puerto Rican symbols like flags and guiros, alongside elements derived from television cartoons and comic books. This fusion of tradition and urban reality highlights the cultural diversity and migration experiences of the youth, while also challenging stereotypes and traditional representations of the Wise Men.
Two specific artworks are highlighted for their depth and complexity. One drawing, created by a gang-affiliated youth, intertwines Puerto Rican cultural symbols with gang-related imagery, reflecting the tension and hostility of gang life. Another piece portrays the Wise Men as vagabonds offering humble gifts, symbolizing survival and generosity in a harsh urban environment. These works reveal the profound impact of the artists’ personal experiences and cultural backgrounds, illustrating how the tradition of the Wise Men has been transformed and adapted to resonate with the realities of Chicago’s Puerto Rican youth.
Resumen: Los Reyes Magos en Chicago, Imágenes de la Juventud

El ensayo de Ramón aborda la llegada simbólica de los Reyes Magos a Chicago, una celebración que la comunidad puertorriqueña mantiene viva a pesar de los desafíos de la vida urbana. Esta tradición se honra mediante un concurso de arte en el Museo de Historia y Cultura Puertorriqueña Dr. Pedro Albizu Campos, donde jóvenes de comunidades migrantes redescubren el significado cultural de los Reyes. Muchos de estos jóvenes, cuya relación con la tradición se había desdibujado por la influencia del hip-hop, las pandillas y los rigores de la ciudad, fueron motivados a reconectar con las imágenes de su infancia. El resultado fue una serie de creaciones artísticas que entrelazan la tradición, la vida urbana contemporánea y la expresión personal, dando lugar a múltiples interpretaciones de los Reyes Magos.
Las obras revelan una vibrante fusión de individualidad e identidad cultural. Desde representaciones solemnes hasta interpretaciones irreverentes y lúdicas, los Reyes aparecen influidos por la cultura urbana y los medios modernos. Los dibujos incorporan símbolos puertorriqueños como banderas y güiros, junto con elementos tomados de caricaturas televisivas y cómics. Esta amalgama entre lo tradicional y lo urbano refleja la diversidad cultural y las vivencias migratorias de la juventud, al tiempo que desafía estereotipos y representaciones convencionales de los Reyes.
Dos obras específicas se destacan por su complejidad y profundidad. En una de ellas, un joven vinculado a una pandilla entrelaza símbolos culturales puertorriqueños con imágenes propias del mundo pandillero, capturando la tensión y la violencia de esa realidad. En otra, los Reyes son retratados como vagabundos que ofrecen humildes presentes, simbolizando la generosidad y la capacidad de sobrevivencia en un entorno urbano hostil. Estas piezas revelan cómo la tradición de los Reyes Magos ha sido transformada y resignificada para resonar con la experiencia vital de la juventud puertorriqueña en Chicago.
Summary: Tapestries by Ramón López
Que-Ondee-Sola-November-1995-Tapestries-by-RamonIn the November 1995 issue of Que Ondee Sola, former Puerto Rican Political Prisoner, artist and art theoretician Elizam Escobar (d. 2021) delves into the artistic philosophy and work of Puerto Rican weaver Ramón López, drawing parallels between his approach and that of Henri Rousseau. López’s tapestries are described as “visual plena,” akin to the Puerto Rican musical style that narrates tragic and comedic events affecting public life. His work, often created in public spaces, blends popular culture with artistic expression, serving as banners in marches and gallery exhibits. López’s interdisciplinary background as a journalist, anthropologist, and educator enriches his art. His tapestries are both narrative and autonomous, reflecting the struggles and vibrancy of urban life.
According to Escobar, López’s artistic style is characterized by its “naive” and “anachronistic” qualities, contrasting with modern communication techniques and electronic imagery. His work relies on manual craftsmanship, using threads to create vibrant colors and emotional effects reminiscent of Seurat’s divisionism and Van Gogh’s expressionism. López’s tapestries transform the harsh realities of barrio life into poetic and magical narratives, inviting viewers to engage with the strangeness and beauty of everyday struggles. This transformation elevates his work beyond mere craft, imbuing it with symbolic and artistic value.
Elizam’s analysis highlights López’s ability to merge pre-Columbian and Western artistic traditions, creating a unique visual language that resonates with both historical and contemporary themes. His tapestries, such as “Thirsty Cat,” embody allegorical and mythical dimensions, addressing themes of survival, tragedy, and the absurdity of life. Through his work, López bridges the gap between the mundane and the extraordinary, offering a utopian vision that challenges the dominance of mass communication and electronic imagery.
Resumen : Tapices de Ramón

En este número de Que Ondee Sola, noviembre de 1995, el ex preso político puertorriqueño, artista y teórico del arte Elizam Escobar (†2021) se sumerge en la filosofía artística y la obra del tejedor puertorriqueño Ramón López, trazando paralelismos con la estética de Henri Rousseau. Los tapices de López son descritos como “plenas visuales”, en referencia al género musical puertorriqueño que canta los sucesos trágicos y cómicos de la vida cotidiana. Su arte, con frecuencia elaborado en espacios públicos, entrelaza la cultura popular con la expresión artística, funcionando tanto como estandartes en manifestaciones como piezas de galería. La formación interdisciplinaria de López —periodista, antropólogo y educador— enriquece la densidad narrativa de su obra, que a la vez es testimonio y creación autónoma de las luchas y vitalidades de la vida urbana.
Según Escobar, el estilo de López se distingue por su cualidad “naíf” y “anacrónica”, en agudo contraste con las técnicas de comunicación modernas y las imágenes electrónicas que saturan el presente. Su arte se basa en la labor manual, en el acto de hilar colores vivos y efectos emocionales que evocan el divisionismo de Seurat y el expresionismo de Van Gogh. En sus manos, la crudeza del barrio se convierte en relato poético y mágico, y convoca al espectador a enfrentar la extrañeza y la belleza de lo cotidiano. Esta transformación eleva su obra más allá del oficio, dotándola de una resonancia simbólica y estética singular.
El análisis de Escobar subraya la capacidad de López para fundir tradiciones artísticas precolombinas y occidentales, dando lugar a un lenguaje visual único que dialoga con lo histórico y lo contemporáneo. Tapices como Gato Sediento encarnan dimensiones alegóricas y míticas, abordando temas como la supervivencia, la tragedia y el absurdo de la existencia. A través de su arte, López tiende un puente entre lo ordinario y lo extraordinario, proponiendo una visión utópica que desafía la hegemonía de la imagen electrónica y los discursos prefabricados de la comunicación masiva.
Summary: The Captured Flag
Que-Ondee-Sola-September-1998-The-Captured-FlagThis issue of Que Ondee Sola (September 1998), which Ramón guest curated, discussed the use of photographs as evidence during legal proceedings against Puerto Rican nationalist insurgents following the 1950 rebellion. The images within, taken by photographers accompanying government soldiers, were presented in court and disseminated through media to portray the insurrection from a federal perspective, emphasizing U.S. control over Puerto Rico. The photos, labeled and numbered as judicial exhibits, symbolized the suppression of the rebellion, with the Puerto Rican flag being treated as incriminating evidence akin to a weapon. The soldiers who captured the flag were Puerto Rican, wearing uniforms adorned with a colonial military emblem, highlighting the enduring legacy of colonial militarism.
Ramón’s narrative also explored the symbolic significance of the Puerto Rican flag and the landscape of Jayuya, a mountainous region depicted as both a rebel hideout and an agricultural space. The text reflects on the fragility of the insurrection, noting the rebels’ inability to sustain themselves with food production. It describes the arrest of nationalists in Jayuya, surrounded by armed guards, and the militarized streets cleared of civilians, creating an environment conducive to photography but nothing else. The absence of civilian testimony in court underscored the silencing of the local population during the rebellion.
Resumen: La bandera capturada

Este número de Que Ondee Sola, septiembre de 1998, comisariado por Ramón como editor invitado, aborda el uso de la fotografía como prueba judicial en los procesos legales contra los insurgentes nacionalistas puertorriqueños tras la insurrección de 1950. Las imágenes, captadas por fotógrafos que acompañaban a los soldados del gobierno, fueron presentadas ante los tribunales y difundidas por los medios para encuadrar la revuelta desde una óptica federalista, subrayando el dominio estadounidense sobre Puerto Rico. Numeradas y etiquetadas como evidencia legal, las fotos simbolizaban la represión del levantamiento: la bandera puertorriqueña era tratada como si fuese un arma del delito. Los soldados que la capturaron eran también puertorriqueños, uniformados con insignias de un ejército colonial, marcando así la persistencia del militarismo colonial en la isla.
El relato de Ramón también indaga en el significado simbólico de la bandera puertorriqueña y del paisaje de Jayuya —territorio montañoso evocado tanto como refugio rebelde como espacio agrícola. El texto reflexiona sobre la fragilidad de la insurrección, señalando la incapacidad de los insurrectos para sostenerse mediante la producción de alimentos. Describe la captura de los nacionalistas en Jayuya, rodeados por guardias armados, y las calles militarizadas, vaciadas de civiles, creando un escenario apto para la fotografía, pero ajeno a toda vida cotidiana. La ausencia de voces civiles en los tribunales evidenció el silenciamiento impuesto a la población local durante la rebelión.





